“Dame tu mano

voy a contarte ahora

como he entrado en lo inexpresivo

que siempre ha sido mi búsqueda ciega y secreta”

Clarice Lispector

En el mundo inexpresivo de Clarice, se sustenta Río Branco. Es un ensayo acerca de lo que está presente, pero que no puede verse. Son esos sentidos muy especiales que se forjan a través de nuestra percepción e intuición, como el mundo de Clarice Lispector.

Conocí la obra de Clarice hace ya un tiempo, casi por casualidad. Y me deslumbró. Empecé a buscar paralelismos con mi pensamiento y pude hallar varias concordancias. Surgió de inmediato la necesidad de traducirlas en verso. Dejé entonces actuar a esos sentidos. Puse especial atención en lo que la percepción me dictaba a través de la intuición, sin dejar lugar por ningún motivo al razonamiento. Así fue surgiendo esta obra.

El mundo de los sueños constituye un ambiente maravilloso para nutrir a estos dos sentidos. Es un espacio personal que solo puede ser explorado convenientemente por uno mismo. Transformar en poesía ese espacio es uno de los objetivos de esta obra.

Si vamos combinándolo con otros elementos interesantes como la imaginación, pueden entonces llegar a surgir algunas ideas que piden a gritos ser expresadas exclusivamente en verso.

Y el verso, ese estado de ánimo tan interesante, toma de nosotros la esencia más profunda, oculta y tan difícil de acceder, la saca, elabora y la pone sobre el papel para conocimiento de todos. Es el verso el que muestra con mayor claridad el perfil del pensamiento de una persona.

Una última cosa respecto a Clarice. Encontrarán en la obra un paralelismo muy especial, donde el amor es el componente que en definitiva liga ambas historias, la de su Ulisses, y mi Simón.

Gracias Clarice por tu enseñanza.