Poes�a

1/2/2018

Rio Branco

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El mundo de los sentidos

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El mundo de los sentidos

 

Tengo que contarte algo

quizás me cueste explicarlo, pero bueno,

es lo que tengo.

Tal vez sea poco, tal vez mucho,

a lo mejor lo suficiente.

Necesito que puedas entender

Que hay detrás de la realidad.

 

Es una línea muy fina, casi inasequible

que nos separa sutilmente de lo abstruso.

Ese límite en si es en un todo incomprensible

si lo vemos dentro de nuestra realidad.

Pero ésta no es la mejor forma para ver las cosas.

Allí está el secreto, y es lo que quiero que comprendas.

 

Debes darle lugar a tus otros sentidos

para poder entenderlo.

Comencemos.

 

 

Tu que vistes en cada madrugada

la figura entrañable de algún sueño

ahora piensa quizás que no eres dueño

solo parte tal vez de una jugada.

 

Que tu ingenio elabora sin que entiendas

el porqué de tal entrega obsecuente

tan solo una evasiva de tu mente

a una fútil realidad de leyendas.

 

Lo que ves en un sueño está escondido

a aquél mundo que palpas con tus manos

pues otro ha sido el punto perseguido

 

no visible quizás desde estos planos,

solo debes ver que has conseguido

al volver de cada sueño a estos llanos.

 

 

El mundo de los sueños es la puerta

a tus otros sentidos.

Debes aprender de ellos

porque en definitiva te llevan

a la otra realidad,

La verdadera.

Una tarde tuve un sueño,

Si, fue de tarde,

No necesariamente se suceden de noche.

 

En él despertaba, quizás de otro sueño,

recostado en un manto de hierbas

frescas, todas frescas.

Y el penetrante aroma de las flores

me quitaba de la escena.

 

De pronto un hombrecillo muy pequeño,

mitad duende, mitad producto de mi mente

se me acerca, me mira fijo y me dice

haciendo un ademán con su mano

y señalando a su alrededor:

¿Piensas que todo esto es real?

Sonríe, casi riendo.

Luego me mira y me regala

éstas décimas espinelas:

 

“Un buen día llegó un duende

que me hablaba y me decía

que la noche no es de día

eso es algo que se entiende.

Pero solo no trasciende

que la tarde se anochezca

y no hay nada que merezca

explicarse claramente

como esto, de repente

por más simple que parezca.”

 

 

Yo sonreí ante su presencia

absolutamente sorprendido.

Entonces lo miré y le dije:

¿Eso es todo o tienes más?

 

 

“Préstame buena atención

por lo que voy a contarte

pues no podrás encontrarte

con esta revelación

aunque tengas la intención

de buscarla en otro lado

pues todo le fue entregado

a quien te lo está contando

mientras estaba soñando

muy lejos en el pasado.”

 

“No es solo un juego de luces

entre la noche y el día

eso tan solo sería

algo que entonces deduces.

Pero si tu introduces

a ese juego el pensamiento

todo cambia en el momento

pues allí entra la razón

a integrar esta ecuación

y cambia el entendimiento.”

 

“La noche y el día son

una cuestión casi interna

sobre una lucha eterna

qué le escapa a la razón.

Es algo así como un don

del infinito universo

que quizás se encuentra inmerso

en las notas de Creación

sin que medie explicación

ni al derecho ni al reverso.”

 

“La luz y el día es sabido

se asocian a lo tangible

a todo lo conocible

desde los cinco sentidos.

Eso fue así concebido

y está claro ciertamente

y no caprichosamente

pues tiene una explicación

semejante conclusión

dictada por el consciente.”

 

“La noche está reservada

para los otros sentidos

los que no son conocidos

pero hacen a la jugada.

Y con su simple estocada

casi tal revelación

en su mayor expresión

quebrando todo criterio

nos dejan ver su misterio

sin ninguna explicación.”

 

“Los sueños son instrumentos

creados por nuestra mente

como medio concluyente

y ajenos al pensamiento

pues son cosas de un momento

que no pueden ser planeadas

tan solo interpretadas

de manera muy precisa

al despertar sin más prisa

de forma más acertada”

 

 

Los sueños son refugios de nuestra mente

donde se planean las cosas más extravagantes

pero asequibles a la realidad.

Son rincones donde ella ensaya algunas tretas

y que pone a prueba

nuestra capacidad de asombro.

 

Allí convergen los habitantes

del mundo de día,

y los de la noche.

 

Entre ambos se esfuerzan

en mostrarnos al mundo real

a su manera

a través de lo absurdo.

 

Reside en la capacidad

de nuestros otros sentidos

el saber interpretarlos.

La extravagancia de nuestros sueños

nos habla en su lenguaje

y solo aquellos sentidos

podrán interpretarla.

 

Percepción e intuición.

Y se desata la magia.

 

 

 

Entonces abro los ojos

no parece ser real

aquí hay algo que no entiendo

pero me dejo llevar.

 

Es el viento que me empuja,

y simplemente me atrapa

trato y no puedo evitarlo,

y así me dejo llevar.

 

Ahora todo es más claro

de pronto empiezo a elevarme

aquí me siento liviano

entonces me entrego a volar.

 

 

La magia de un simple sueño

no vive en su propia esencia

sino que está en tu consciencia

de la cual eres el dueño.

Tal vez te suene risueño,

pensar en él solamente

mas deja actuar a tu mente

si quieres interpretarlo

entrégate sin pensarlo

tan solo armoniosamente.

 

Entonces cierra tus ojos

préstame mucha atención

activa tu percepción

deja fluirla a su antojo

así abrirás el cerrojo

que te habilita ese mundo

el que vive en lo profundo

recóndito de tu mente

y podrás ver claramente

el misterio en un segundo.

 

 

Déjame contarte

como pude entrar al mundo de lo etéreo

persiguiendo al hálito del viento

bajo una melodía meliflua y atrapante

que con singular elocuencia

me llevó hacia lo inefable.

 

De un pensamiento lúcido y acendrado

que no admite ninguna interrupción

abstraído de su entorno por completo

al ver tendida sobre el suelo

el dulce cuerpo dormido de una rosa

que abre el camino a lo inimaginable.

 

Así percibo todo con sutil somnolencia.

Desde un aroma de almendros por la tarde

hasta el tenue petricor tras la tormenta.

En un vuelo rasante por los campos

que me trae en un ubérrimo despliegue

de frutos y perfume de grosellas.

 

Te lo cuento ahora

sin permiso siquiera de mi mente

tras haber regresado a lo terreno.

Aunque entre nosotros …

una vez que fuiste, nunca se vuelve.

 

Queda un dulzor extremo e infalible

que te incita a explorar constantemente

en un juego de fugaz luminiscencia

que te pide y pide más atención, y te lleva

hábilmente a su terreno.

 

Lo que te he contado por favor no lo pierdas

resguárdalo en tu mundo muy bien escondido

pues viene de un lugar quizás inasequible

donde reinan los sentidos.

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